Cómo crear empleo en tu comunidad
De
todas las formas posibles de crear empleo en una comunidad, hoy me voy a
centrar en aquella a la que me llevo dedicando desde hace algunos años: el
emprendimiento.
La
crisis económica que azotó a la economía española (y mundial) hace ya diez años
(¡cuando empecé la universidad!) aún se sigue sintiendo. Fueron muchas las
personas que perdieron su empleo, que perdieron sus negocios y que perdieron la
oportunidad de alcanzar muchos de sus objetivos profesionales.
Entiendo
perfectamente que las personas se asusten cuando ven la palabra “emprender” y
no han sido pocas las personas que me han comentado que emprender no es tan
bonito como lo pintan. Tienen toda la razón del mundo. También entiendo que las
personas están cansadas de tanto “curso para emprender”, de tanta formación
para fomentar “las altas de autónomos” y de que “todo el mundo quiera que todo el mundo
emprenda”.
Pero
sí. El emprendimiento es una herramienta para crear empleo en una comunidad. De hecho, y desde mi punto de vista,
el emprendimiento empresarial más que crear empresas que contribuyan al
desarrollo económico de una zona determinada, algo que es de vital importancia,
es la capacidad que tiene una persona para construir su propio puesto de
trabajo. Desde hace un tiempo, detecto casos de personas que han decidido
emprender más que por necesidad de trabajar, por estar en una situación de
desajuste entre la oferta y la demanda laboral. Es decir, han sido casos de
personas que después de buscar empleo por activa y por pasiva han tomado la
decisión de no aceptar un empleo o incluso dejar su trabajo porque no se
ajustaba del todo a su situación laboral-profesional deseada. Han decidido
renunciar a tener un empleo por cuenta ajena para hacer lo que realmente ellos
querían y les hacía felices. Algo completamente lícito y lógico.

Pero hay que emprender desde el punto de vista del emprendimiento consciente. El emprendimiento consciente es aquel que mide la realidad del negocio y la realidad de la persona, las capacidades del negocio y las capacidades de la persona, que llega hasta dónde puede llegar tanto para lo bueno como para lo malo. Es el emprendimiento que estudia y que investiga antes de tomar una decisión, es que mide riesgos y alternativas para reducir los riesgos. Un emprendimiento consciente no es la persona que emprende porque le van a dar una subvención. O que monta un bar porque van a ir sus amigos. O que monta una panadería porque pan se come todos los días. Para emprender no hay una receta, o un truco mágico. Tampoco hay una subvención que además de hacerme rico haga que mi negocio funcione bien.
Y
creo que el emprendimiento consciente es más fácil de entender con la siguiente
historia. Hace unos meses, me contactó una chica para montar una empresa porque
llevaba bastante tiempo buscando trabajo y no encontraba nada, porque lo que
encontraba no satisfacía sus necesidades. Ella llegó muy decidida a emprender
con una idea en la cabeza (montar un centro de estética) y yo, sinceramente, me
asusté ante esa firmeza de darse de alta porque cuando empezamos a hablar sobre
la idea, me di cuenta de que en la cabeza de esta chica nunca había estado la
decisión de emprender y que lo hacía por necesidad de trabajar cuánto antes.
Ante
su insistencia, le propuse formarse en emprendimiento, que ella hiciera su
propio plan de negocios, con nuestra ayuda por supuesto, y que se formase en
competencias emprendedoras, es decir, que entrenase sus competencias para
emprender porque eso le iba a servir para analizarse a sí misma y ver sus
puntos fuertes y débiles y cómo esto afectaría a su negocio.
Siempre
he pensado que cualquier idea de negocio es válida, pero si la persona
promotora de la idea no requiere las competencias adecuadas para gestionar la
idea (de esto ya hablaremos otro día), la idea se muere. Y hay ideas que valen
mucho dinero.
Estuvimos
entre dos y tres meses trabajando juntas, un día a la semana, yo le ponía
deberes para que investigara, para que se informara, para que analizara el
mercado... y cuando ya terminamos el proceso de formación, ella ya tenía tan
claro dónde podía fallar, dónde podía destacar con su proyectos, cómo podía
actuar frente a determinadas situaciones... que me escribió un whatsapp
diciendo que se acababa de dar de alta como autónoma. Pero ya no me asusté
tanto porque estaba más preparada.
A
modo de conclusión, por supuesto que se crea empleo desde el emprendimiento, no
solo el empleo propio si no también por las contrataciones que pueden surgir,
por las sinergias y relaciones que se crean entre las propias personas
emprendedoras pero siempre hay que emprender desde el emprendimiento
consciente, con acompañamiento de expertos, con motivación, con esfuerzo y con
paciencia.
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